En algunos artículos he leído que debes hacer los deberes con tus hijos por lo que ello afectivamente involucra y otros que no porque estas educando a un futuro empleado sin creatividad.
Cómo padres ya imagino su cara de ¡Exijo una explicación! ¡Claro está que ninguno de las personas que tenemos la bendición de ser madres y padres teníamos un instructivo debajo del brazo! Muchos hemos imitado a nuestros padres y abuelos como también vamos adquiriendo información a través de lo que nos rodea y de nuestra misma experiencia personal.
Pues bien, volvamos al punto. Estamos en un extremo y en otro y como dicen por allí todo extremo es aprendizaje (no existe malo ni bueno, simplemente es aprendizaje), veamos si de uno y otro podemos encontrar la integración.
Por un lado está la visión “Ying” que he llamado porque va desde lo femenino, desde la contención de la frustración de su hijo ante la no resolución de su tarea, entonces allí está mamá o papá para apoyarle en descubrir de cual manera puede ir reinventándose, con el amor debido.
Y si va resolviendo su actividad el apoyo a través de un incentivo afectuoso que denote ese ¡Bien hecho hijo/a!
Ahora la visión “Yang” que nos habla desde no ayudar en los deberes debido a la importancia de  crear hábitos en los niños que incentiven la fuerza, el empuje de ir descubriendo el mundo y a la vez descubriéndose ellos mismos, donde se van haciendo conscientes de sus intereses y talentos. Aplicándolos en una constante construcción de lo que será su personalidad y desarrollo académico,  para en un futuro como adulto aplicarlo a lo profesional.
Mirando desde esa perspectiva mamá- papá ¿Existe alguna connotación negativa en alguna de las dos posturas, como para tachar una y seguir la otra?
Si observas bien, son dos fuerzas totalmente diferentes en donde una visión está marcada por la función de mamá y la otra por la función de papá.
Mamá es dadora de vida, emoción, contención, guía, apoyo, administradora de la intuición y del sentir.
Papá es fuerza, creador  de puentes hacia los nuevos mundos por descubrir, es templanza, hábitos, silencios que te llevan a reinventar nuevos caminos, es empuje hacia ese trayecto de existencia.
Podríamos entonces decir: ¿Qué una es más importante que la otra? Si nuestro hijo/a y cada uno está formado de esas dos partes “Ying-Yang”
Entonces les invito a integrar ambas. ¿Cómo hacerlo?, podemos hacer lo siguiente:
Que su hijo/a prepare su lugar de estudio: Mantener un horario y lugar establecido para el estudio. En donde usted vigile que tenga lo necesario para trabajar y evitar que por cualquier motivo se pare a cada momento. Eso aporta al aprender a concentrarse y entender que ese tiempo es sólo para eso.
Verificar la tarea y preguntarle al hijo/a ¿Cómo piensa resolver, investigar o desarrollar la actividad
Dejar que experimente aunque usted visualice que no es el camino indicado. Deje que por sí mismo experimente. Puede que se frustre entonces allí su labor será de guía, mencionándole que puede existir otra manera de resolver. Otorgue pistas y que él o ella vayan investigando y descubriendo en solitario.
Observar de vez en cuando como lo va haciendo y preguntándole ¿Cómo se siente?¿Vas bien?
Eso le permitirá  verificar si su hijo/a se encuentra con seguridad haciendo la actividad o aún manifiesta la necesidad de apoyo más concreto. Si es así, otorgue más pistas o quizás mostrándole alguna herramienta o recurso del cual el niño/a no se había percatado que pudiese utilizar.
Cuando finalice revisar que haya completado la actividad 
Felicitarle por el esfuerzo y la creatividad afirmando en ocasiones con un “Confío en lo que haces”, un “Tu puedes “, “Yo sabía, que tu podías”. Eso le permite ir construyendo y reafirmando la autoestima incentivándolo a futuras actividades a ser creativo/a  buscando sus propios recursos internos y externos.
Indirectamente trabajas la voluntad, disciplina, constancia, esfuerzo, valores importantes para su desarrollo personal.
Y a través de ello en algún momento de su vida tomará las riendas para ir en busca de sus propios sueños.
Ordenar su lugar de trabajo
Propiciar el orden y la limpieza de un lugar de trabajo le permite poco a poco ir creando el hábito de prepararse para este ritual de integración del saber y del sentir, con desapego de lo irrelevante en ese momento, para concentrarse en lo esencial.
Y construir y  construirse desde allí.
Un feliz nuevo día para cada uno de ustedes,
Gracias por Ser y Estar
Claudia Rodríguez Rolin

 

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