Dicen por allí que el bienestar del individuo es el arte del bien comer, en suficiente cantidad y a su debido tiempo.
Esto da lugar que a la higiene del comer bien, de esto depende en gran parte la longevidad, el bienestar y plenitud.
Algunos autores postulan que es necesario en el momento de alimentarse de omitir emociones negativas. Ya que ello altera los estados del cuerpo  y en especial en los jugos digestivos de modo que no pueden ejercer de adecuada manera teniendo como consecuencia que no puedan nutrir nuestro organismo de lo necesario.
Aunque podamos ingerir los manjares más apetitosos, si estamos con un estado de ánimo que represente un estado emocional  de temor, tristeza o ansiedad, la actitud emocional y mental altera la nutrición de los alimentos interviniendo  directamente en nuestra función digestiva.
Desde la época del Dr. Ruso  Pawlaw, logró exponer que las personas que se aquejaban habitualmente de, ansiedad, envidia, tristeza, temor, melancolía u otra dolencia emocional, se nutren mal, aunque coman los alimentos adecuados.
Esto se debe principalmente a que los jugos gástricos disminuye la secreción de ciertas enzimas propias del actuar de la digestión en su disolver alimentos consistentes, tales como la pepsina y ácido clorhídritico.
Estudios nos hablan que en la disposición a comer influye positivamente en los efectos de la digestión.
Podemos decir entonces que una persona ejemplo recibe una mala noticia y se encuentra alimentándose pues presenta un cambio en la secreción de enzimas.
En un momento de rabia o cólera se perturba inmediatamente el funcionamiento de la digestión.
Incluso hasta causando dolores en la zona y cólicos.
¿Qué hacer entonces? ¿Cómo enfrentarnos al proceso de la comida sanando emocionalmente?
El acto de comer es un ritual del ser humano y cómo tal debiéramos inducir esta bienvenida del alimento a nuestro organismo con amor y agradecimiento a lo que se permite vivir en ese instante.  Es decir, otorgar un gracias a ese plato de comida que se da en su mesa.
Detrás de ello se encuentra nuestra amada Madre Tierra que nos provee de la materia prima. Manos de agricultores que sembraron y cosecharon, Manos intermedias que trabajaron para colocar esos alimentos al servicio nuestro, como otras que con amor le han dado vida a la creatividad para llenar nuestra mesa de delicias de sabores que permiten a nuestro cuerpo ser alimentado y nutrido para su correcto funcionamiento.
¿Es suficiente motivo para dar gracias, cierto?
Ahora crear en familia la instancia del alimento de reunir en la mesa a los que amas y se aman entre sí, es sumamente importante.
Porque es un acto de bienvenida al “círculo del amor” en donde, como en la mesa redonda del rey Arturo se brinda la instancia de conversación y negociación en familia.
Padres que a través de ello van conociendo mejor a sus hijos. Hijos que toman del aprendizaje de sus Padres de aquellas historias que se comparten del día a día.
Normas o permisos que se establecen bajo una dinámica armónica.
Si este punto da para enfado, es mejor dejar el tema para unas horas después.
Tomar en cuenta que esas experiencias que para Ud. parecen triviales del día a día, serán los mejores recuerdos que Ud.  Y sus hijos presentarán.
O acaso nunca ha recordado los almuerzos familiares dominicales con toda la familia, en donde cada uno con su particularidad nos hacían reír y disfrutar.
Esa es la actitud de este ritual “Pensar y sentir positivo”, estar relajada/o.
Recuerda que el alimento es un regalo que tú le haces a esta máquina fenomenal. Entonces refuerza ese alimento con:
Pensamientos positivos
Relajados
Evitar cualquier tipo de emociones inadecuadas para ese momento
Entregarle un tiempo adecuado
Agradecer con amor a tu cuerpo físico por lo que te brinda día a día
Desechar cualquier preocupación por ese momento.
Dedicar esa instancia para ello. No estar haciendo otra cosa más que centrados
En ese momento sagrado de nutrirte.
Recuerda que a través de ti, tus hijos aprenden. Enséñales  alimentarse  adecuadamente  su cuerpo de raciones  sólidas  y líquidas como también de sustento al alma.
Ahora si estas dentro del trabajo, pues por tu parte Haz que esa instancia sea agradable para ti, omitiendo desagravios, pelambres, stress, o cualquier situación negativa. Recuerda que en la medida que tú lo hagas se irán sumando otros, Lo bueno también se contagia.
Y eso les permitirá reducir el stress emocional del trabajo haciendo de la jornada laboral un instante agradable y esperado por todos quienes trabajan.
La camaradería dentro de un lugar de trabajo es primordial para el armónico y próspero funcionamiento de la empresa, institución u organización.
“El bienestar se encuentra entrelazado con la coordinación de lo que ingieres sólida, liquida y emocionalmente, de ello nace la higiene alimenticia. Haz que está en todo momento sea en agradecimiento y amor “.
Agradeciendo por Ser y Estar
Claudia Rodríguez Rolin
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