Cada uno de nosotros lleva como información genética, según el Dr. Manel Steller, un 55% de mamá y el otro 45% de papá. Y de esa fusión, nace una información genética nueva la cual somos cada uno de nosotros. 
Dos energías una diferente a la otra por eso son complementarias. Cada una cumpliendo un rol que no puede suplir la otra parte y desarrollando potenciales de acuerdo a su presencia.
La fuerza de papá es el avanzar en el camino de la vida, es el trayecto de  alcanzar tus sueños, es el cómo  desarrollas los talentos para dirigirte a lo que es o será tú  profesión.
Es gestión de vida y la sabiduría interna  que desarrollas hacia un bien mayor.
La palabra Padre, viene  etimológicamente de varias corrientes, una de ellas es fundador de una clase o profesión, cabeza de una casa o familia ancestral, originador de algo y progenitor. 
Digamos que la influencia del padre  es, cuando te muestra las estrellas y te menciona como llegar a ellas. Es un diálogo que llevas codificado ya en la savia de lo que eres y en la fortaleza de ese tronco que conformas.
¡Imagina por un momento! Que desde el cielo, pediste ser parte de esa criatura que se formará en este plano de existencia. Donde la historia que se desarrolla entre esa mujer y ese hombre, son perfectas para el aprendizaje de vida que necesitas, para evolucionar como ser humano.
Ellos en su grandeza, aceptan tu venida con amor y con todo lo que ello implica. Sin duda alguna, son los perfectos para ti.
Cuando nacemos, nuestra esencia se percibe y siente completa, allí es inexistente la división. Papá y mamá con una historia detrás,  aprendiendo a ser padre y madre de la mejor manera que ellos pueden hacerlo.
 En la medida que crecemos, vamos adentrándonos consciente e inconscietemente en dinámicas que nos hacen percibir el mundo de manera diferente. Donde muchas veces, otorgamos fuerza, a la división, percibiendo de nosotros mismos que somos un puzle sin resolver.  
Nuestra sangre, aquella que recorre nuestro cuerpo lleva ese 50 y 50. Percepciones de abandono, ausencia u otra carencia, no puede ser posible, porque entonces un 50 % de nuestro material genético- emocional estaría faltando y por ende, la vida se nos haría cuesta arriba en algunas áreas. Por ello enfermamos.
¿Qué hacer en esos casos?
Observa con mayor profundidad, alejate de lo que has construido mentalmente. Ha pasado tanto tiempo, que hasta de emoción le has decorado, quítale la emoción a esa proyección mental y toma distancia. Respira profundo y contempla el “Todo”. Tal cual lo haces cuando miras el valle o el océano.
Verás que cada cosa, de la cual has hecho un reclamo, te permitió desarrollar habilidades que se transformaron en tus recursos internos y herramientas de vida…. ¿Sientes ahora, como todo es perfecto?  Quizás, si hubiese sido diferente, así como te hubiese gustado que fuese, no podrías  ensalzarte de aquellas cualidades que sientes tener hoy.
Es más tal vez, no tendrías la maravilla de pareja con la que cuentas a tu lado.
Es realmente importante, que nuestros hijos sientan esa unión interna y no perciban separación. Eso les afecta enormemente a su desarrollo personal y profesional incluso en sus propios aprendizajes, tales como bajo rendimiento escolar, dispersión e incluso deficit atencional.
Cómo madre que eres, les invito a conversar con sus hijos, sobre tu padre y sobre el padre de ellos. Allí estarás traspasando fuerza de vida, de todo ese linaje de hombres que viven en el corazón de ese hijo o hija,  potenciando de solidez a su unión interna. 
El que ellos se reconozcan en sus padres positivamente,  les ayuda a ser conscientes de sus talentos, reconociendo sus destrezas y habilidades. Les ayudas a conocer su historia e integrarla.
Agradece a ese hombre, independientemente de las situaciones futuras. Recuerda que hubo  un día, donde  ambos se escogieron para dar fruto a un bello ser. Y gracias a esa unión hoy tienes el privilegio de compartir con ese hijo o hija.
Para ello, les dejo palabras llenas de sabiduría entregadas por Bert Hellinger, honremos a nuestros padres, dentro de ellos, están nuestros abuelos y todo un sistema detrás.
 Honremos a ese hombre que vive en el interior de nuestros hijos. Aquel  que escogiste por las razones correctas, como padre de tu descendencia.
Permitiéndote desarrollarte como mujer y como madre. Y a través de su sentido regalo, tenemos el privilegio de  vivir, el amor incondicional. 
Y recuerda que siempre dentro de un ser humano, hay una fusión sagrada de dos personas. Donde ninguna reemplaza a la otra. 
Ocúpate de lo esencial, agradecer,  todo tal cual, ha sido y es.
 Sencillamente perfecto para ti.
Feliz Día Papá, feliz día al padre de mi hija
Gracias, Gracias, Gracias por todo.
Claudia R.Rolin
 
“Querido papá:
Tomo de ti la vida, toda, entera.
Con lo bueno y con lo malo,
y la tomo al precio entero que a ti te costó
y a mí me cuesta.
La aprovecharé para alegría tuya.
No habrá sido en vano.
La sujeto firmemente y le doy la honra,
y, si puedo, la pasaré como tú hiciste.
Te tomo como mi padre,
y tú puedes tenerme como tu hijo.
Tú eres el verdadero para mí,
y yo soy tu verdadero hijo.
Tú eres el grande, yo el pequeño.
Tú das, yo tomo.
Querido papá:
Me alegro de que hayas elegido a mamá.
Ustedes dos son los únicos para mí… ¡Sólo ustedes!”
Bet Hellinger
 

Facebook Comments Box

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies
Acepta los cookies utilizados en la web    Ver Política de cookies
Privacidad